Quizás sea añoranzas de la edad, quizás, cansancio relativo de lo digital, pero la verdad es que cada vez hecho más de menos los originales físicos, el papel, el lápiz, los pinceles y la tela.
En éste mundo de prisas y virtualidad en todo lo que antes era tangible, se añora ese proceso de pensar las cosas, de reposar las ideas y de sentir el trazo rasgar el papel.
No estoy en contra del mundo digital, todo lo contrario, es mi día día con el que me muevo, abre nuevas perspectivas de posibilidades gráficas y de experimentación, pero ese cristal de la pantalla parece que me impida sentir la rugosidad del papel, de que el trabajo realizado tenga menos valor aunque intelectual y creativamente tenga el mismo.
Creo que es el momento de volver a las raíces de lo orgánico de lo básico, sin abandonar la tecnología, pero al final lo que tiene importancia es esa línea en el espacio con la intensidad del trazo dado por la mano real que hiere el papel o la mancha de color con las variaciones que produce su propio medio, no la manipulación digital, esa frescura de lo material.
Tal vez la generación que ha crecido con las herramientas digitales no noten la diferencia y sus valores estén en otros factores y yo no los sepa ver, quizás.
2 comentarios:
Y que me dices de hacer y deshacer los nudos de las carpetas? Grande, granate, con cantoneras verdes y los lazos azules. Miro hacia atrás y la veo reclinada entre la pared y un viejo rac lleno de LP's, ocupado en el pasado por un tocadiscos.
Pues que se echa de menos mucho : ) Jaume, la intensidad de los trazos o el grosor de una pincelada tiene vida y para mi eso significa mucho.
Y las carpetas de los Vinilo,s algunas eran obras de arte del diseño.
Un saludo.
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